¿Se calmará mi mente alguna vez?

¡Claro que si! Recuerda que estás intentando disciplinar una mente que ha deambulado suelta durante mucho tiempo. Y, como ya has descubierto, es imposible pararla de golpe. Por eso, esta semana te enfocarás en la práctica de la concentración. Concentrando la mente, puedes estar aún pensando, pero al menos estás pensando en una sola cosa, y eres tú quien dirige la mente, y no al revés.

Igual que los músculos responden al ejercicio regular, tu mente se volverá más disciplinada y el número de pensamientos que tienes disminuirá a medida que continuas tu práctica diaria de meditación. No intentes evaluar si lo estás haciendo bien o mal; puedes estar seguro de que si prácticas con regularidad estás haciendo un progreso consistente.

“Cuando la mente deja de hablar,
el corazón comienza a soñar
y la vida empieza a florecer.”
- Sri Chinmoy

Si te parece difícil bregar con el caudal de los pensamientos durante la meditación, puedes usar la imaginación de una manera muy sencilla. Piensa que tu conciencia es como un océano inmenso o como el cielo infinito, y tus pensamientos son los peces que nadan o los pájaros que vuelan en la distancia. Lo importante es sentir que los pensamientos son insignificantes y que no tienes porqué seguirlos.

Así pues, por favor, ten paciencia. Con la práctica constante, observarás sin duda cambios positivos, no sólo en tu meditación sino también en tu vida cotidiana.