Ejercicios-2

Hasta ahora has estado practicando principalmente con los ojos cerrados. Esta semana practicarás la concentración y la meditación con los ojos abiertos. Concentrando tu foco mental en objetos, como una vela o una flor, aprenderás a sujetar la mente y contener su tendencia a divagar.

Ejercicios Recomendados

Ahora que ya te has familiarizado con los ejercicios de respiración, podemos introducir algunos ejercicios de concentración. Ya que has progresado en la práctica, no tienes que continuar con todos los ejercicios de la Semana 1. Comienza con tus dos ejercicios de respiración favoritos de la semana pasada. Una vez que has calmado la mente y el cuerpo con los ejercicios de respiración, comienza a practicar los ejercicios de concentración de esta segunda semana:

  • La flor interna. Para este ejercicio necesitas una flor. Con los ojos entreabiertos, mira la flor durante unos segundos. Mientras estás concentrándote, trata de sentir que tú eres esa flor. Al mismo tiempo, trata de sentir que la flor está creciendo en lo más íntimo de tu corazón. Siente que eres la flor y que estás creciendo dentro de tu corazón. Entonces, poco a poco intenta concentrarte en un pétalo en particular de la flor. Siente que ese pétalo que has escogido es la forma-semilla de tu realidad-existencia. Después de algunos minutos concéntrate otra vez en la flor entera y siente que ésta es la Realidad Universal. De esta manera ve adelante y atrás, concentrándote primero en el pétalo –la forma-semilla de tu realidad– y luego en la flor entera –la Realidad Universal. Mientras lo haces, procura por favor no dejar que ningún pensamiento entre en tu mente. Procura hacer tu mente absolutamente calmada, silenciosa y tranquila.Después de algún tiempo, por favor cierra los ojos e intenta ver la flor, en la que te has concentrado, dentro de tu corazón. Entonces, de la misma manera que te concentrabas en la flor física, concéntrate gentilmente en la flor dentro de tu corazón, con los ojos cerrados.


  • El latido de la vida. A algunos buscadores les gusta concentrarse en el latido de su corazón. Si quieres hacer esto, no temas que el corazón vaya a pararse y vayas a morir. Si quieres ser un verdadero héroe en tu vida espiritual, puedes practicar la concentración en el latido de tu corazón. Esta es tu oportunidad dorada para entrar en la vida sin fin. Cada vez que escuches el sonido del latido de tu corazón, inmediatamente siente ahí tu vida infinita, inmortal.


  • El punto. Si quieres desarrollar el poder de la concentración, aquí hay un ejercicio que puedes practicar. Primero lávate la cara y los ojos adecuadamente con agua fría. Luego haz un punto negro en la pared al nivel de los ojos. Colócate frente al punto, a unos veinticinco centímetros de distancia y concéntrate en él. Después de unos minutos, intenta sentir que cuando inhalas, tu aliento está realmente viniendo del punto, y que el punto también está inhalando, obteniendo su aliento de ti. Trata de sentir que hay dos personas: tú y el punto negro. Tu aliento está viniendo del punto y su aliento está viniendo de ti. En diez minutos, si tu concentración es muy poderosa, sentirás que tu alma ha salido de ti y ha entrado en el punto negro en la pared. En ese momento trata de sentir que tú y tu alma estáis conversando. Tu alma está llevándote al mundo del alma para tu realización, y tú estás trayendo el alma al mundo físico para su manifestación. De esta manera puedes desarrollar muy fácilmente el poder de concentración. Pero este método ha de ser practicado. Hay muchas cosas que son muy fáciles con la práctica, pero tan sólo porque no las practicamos no obtenemos el resultado.

  • Como siempre, asegúrate de que no van a molestarte. Siéntate cómodo ante tu altar de meditación, con la espalda derecha. Enciende la vela, prende una varita de incienso y pon la música de meditación a volumen suave.

  • Comienza practicando 5 minutos alguno de los ejercicios respiratorios de la Semana 1.

  • Continúa otros 7-10 minutos con alguno de los siguientes ejercicios:

  • No te olvides de escribir en el diario tus impresiones.

"Somos lo que repetidamente hacemos.
La excelencia, por lo tanto, no es un acto,
sino un hábito".
- Aristóteles