Cuerpo-Mente- Espíritu - VI

Iluminadoras visiones acerca de la conexión cuerpo-mente-espíritu

Sri Chinmoy practica la salida desde los tacos

NUESTRO CORRER INTERNO ciertamente nos ayuda en nuestro correr externo. Por medio de la oración y la meditación, podemos desarrollar intensa fuerza de voluntad, y esta fuerza de voluntad puede ayudarnos a hacerlo extremadamente bien en nuestro correr externo. 
Meditación es quietud, calma, silencio, mientras que la conciencia del correr es toda dinamismo. Por otra parte, la velocidad externa del corredor posee una clase muy especial de serenidad o quietud en su corazón mismo. Un avión viaja muy rápido, sin embargo dentro del avión no sentimos movimiento en absoluto. Es todo tranquilidad, todo paz; y esta tranquilidad interna podemos llevarla a nuestra vida externa. De hecho, la vida externa, el movimiento externo, sólo puede tener éxito cuando proviene de la serenidad interno. Si no hay serenidad, no puede haber movimiento externo exitoso. La serenidad es un poder invisible, y este poder invisible está siempre listo para acudir a la ayuda del corredor externo.

Juegos Olímpicos

LA PRESENCIA DE TODOS los grandes atletas en los Juegos Olímpicos representa una gran oportunidad. Cuando un atleta tiene que competir con el resto del mundo, hay muchas oportunidades y posibilidades de que trascienda sus propias capacidades. Esto es lo que tiene capital importancia, y no el vencer o no a los otros. Dios, el Autor de todo bien, se sentirá extremadamente complacido con el atleta sólo cuando este trascienda sus propias capacidades. Todos somos los hijos de Dios, la creación de Dios. Si uno de sus hijos se supera a sí mismo, el Padre será entonces la persona más feliz. Pero si un miembro de la familia derrota a otro y obtiene alegría mientras que la otra persona se siente desgraciada, ¿dónde está entonces la alegría del Padre? Si somos uno con el resto del mundo, sentimos alegría en la alegría de los demás y su tristeza es también nuestra tristeza. Pero la mayoría de nosortros no ha alcanzado aún esa conciencia. Así que siempre es aconsejable para el atleta que mantenga la idea de que está compitiendo con su propia marca anterior. Si puede trascender su propio logro, será entonces una verdadera ganancia y un verdadero logro para el mundo entero.
Lo que tiene capital importancia es la actitud del individuo. El atleta ha de sentir que está estableciendo un nuevo récord, no para su propia gloria sino para aumentar la capacidad y mejorar el nivel del mundo. El atleta ganador ha de sentir que está representando a toda la humanidad. Entonces, con un corazón devoto y fervoroso, si puede ofrecer con toda su alma su hazaña al Atleta Supremo, su Fuente, en ese momento está haciendo absolutamente lo correcto.
Antorcha OlímpicaEl atleta olímpico debería sentir que es un miembro de la familia mundial, y su objetivo debería ser su propio progreso continuo. Si él puede trascender continuamente sus propios logros, está llamado a obtener satisfacción, porque el progreso no es sino satisfacción. Los dos van siempre juntos. Si sólo se interesa por el éxito, entonces aunque triunfe no obtendrá alegría duradera. Porque en seguida mirará alrededor y verá como sus logros son hechos añicos aquí o en cualquier otra parte. Pero su propio progreso es como una semilla que finalmente se convierte en una planta y luego en un gigantesco árbol que le dará un continuo sentido de satisfacción. Cuando está progresando, al mismo tiempo está creciendo, resplandeciendo y, como un rio, fluyendo constantemente hacia su Origen-Vastedad, el Mar de Unicidad.

Niño corriendo

¿QUÉ CUALIDADES necesitas hacer emerger de tu vida interna cuando estás corriendo? La primera es el entusiasmo. ¿Quién personifica el entusiasmo? Un niño. ¿Quién puede ser más entusiasta que un niño? El niño entra en un jardín y corre de un lado para otro, apreciando todo lo que ve. Luego, además del entusiasmo, necesitas afán. Nuevamente, ¿quién tiene más afán que un niño? Si juega con un juguete, está muy afanoso, su mundo entero es ese juguete.
Si puedes sentir que eres un niño de cinco o seis años, el cansancio no vendrá a tu mente. Un niño no conoce lo que es el cansancio. Sólo conoce el entusiasmo y el afán.

CADA DÍA cuando corres, has de sentir que se trata de una oportunidad dorada para apreciar al Uno que está inspirándote. Siempre tienes que sentir que el Supremo está inspirándote a correr está larguísima distancia. Alguien está rogándote, urgiéndote a hacer lo correcto. Y además, cuando aceptas y dices, "Sí, voy a hacerlo", entonces ese Alguien Mismo corre en ti y a través de ti. Cuando corres, si ofreces la oración: "Dios, por favor, hazme un buen corredor. Quiero progresar esta vez en mi carrera", esta es una buena oración. En ese momento Dios Mismo se convertirá en un buen corredor dentro de ti.
Cuando piensas en la larga distancia, trata de imaginar que es alguien con quien puedes jugar. No pienses en la distancia como algo que vas a recorrer. No pienses en que te cansarás, te agotarás o morirás. Tienes que pensar en el correr como un juego que quieres jugar.

Sri Chinmoy practicando el sprint

UN ATLETA ES ya un artista. Un artista es aquel que ha disciplinado su vida para descubrir la Verdad única que se manifiesta de varias maneras. Con su disciplina él expresa la belleza de la vida, revela el deber de la vida y hace emerger la Voluntad de Dios. Así pues, desde el principio, el artista ha de tener un sentido de disciplina - la disciplina del cuerpo. La disciplina de la conciencia física es de capital importancia, puesto que la disciplina física lleva mucho tiempo para lograrse. Mediante la oración y la meditación podemos fácilmente disciplinar la conciencia psíquica, la conciencia mental y la conciencia vital. Pero lleva mucho tiempo disciplinar la conciencia física, porque lo físico en nosotros es como un mono travieso. Lleva mucho tiempo establecer una paz disciplinada en nuestra conciencia física. Por tanto, el atleta que ha establecido esta disciplina en su vida externa, es sin duda un artista desde el punto de vista espiritual. Sri Chinmoy entrenando

LA MEJOR CUALIDAD en la vida espiritual es no titubear una vez que conoces tu objetivo. Pero incluso si no conoces tu objetivo, es bueno correr. La Compasión de Dios aparecerá tan sólo porque estás corriendo, porque estás en marcha. Una vez que sientes que tu objetivo no está en donde tú estás, que tu objetivo está en algún sitio por delante de ti, entonces tienes que correr. Y si corres, finalmente estás destinado a alcanzar tu objetivo.

OBTIENES MÁS satisfacción del entrenamiento que de la competición porque cuando entrenas, tienes más unicidad con tu vida interna, que encarna la satisfacción infinita. Cuando vas a una carrera, estás compitiendo con otros porque quieres vencerlos. El espíritu desafiante que surge en la competición sufre a menudo de ansiedad, preocupación, duda, indecisión y desesperanza.  Sin embargo, cuando estás practicando, estás ante los miembros más íntimos de tu familia - tu cuerpo, vital, mente, corazón y alma. De hecho, estos íntimos miembros de tu propio ser están practicando y haciendo contigo, en ti y para ti. Es totalmente una diversión familiar.
Mientras practicas, está trabajando conscientemente en trascender tus capacidades. En ese momento, estás escuchando el mensaje del Más Allá siempre trascendente, y este mensaje mismo es completa satisfacción. Pero cuando compites contra otros, estás más preocupado por la victoria que por la auto-trascendencia. Naturalmente, en ese momento la indecisión, la ansiedad y la duda tienen acceso libre a tu corazón y a tu mente, y tú no tienes ni puedes tener satisfacción.

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