3er paso : El plan

Cuando empezamos, es mejor poner sobre el papel los objetivos a largo y a corto plazo. Te sugiero tener un cuaderno/calendario semanal con un espacio para cada día donde registrar tus objetivos y tus ejercicios, ya sea en general o en detalle. Arriba de cada página deberán indicarse los objetivos, en términos de kilometraje o de tiempo, que has planeado alcanzar esa semana, tal vez con una o dos descripciones de las carreras que planeas hacer. Puedes obtener esta información más adelante, cuando hablamos acerca del programa de entrenamiento (6º paso). También puedes reseñar otras actividades de entrenamiento cruzado que te gustaría hacer en esa semana, como los ejercicios con pesas, salir a montar en bici o nadar. Tener estas notas escritas en tu cuaderno de entrenamiento te recordará y te motivará cada día para alcanzar los objetivos semanales más pequeños, en el camino hacia el objetivo mayor a largo plazo.

Esfuerzo intenso y cansancio
El cuerpo tiene que irse adaptando gradualmente a más y más esfuerzo intenso a fin de ponerse más fuerte naturalmente. Esto sucede en una proporción única e individual para cada persona. Por tanto, depende de ti el medir tu propio progreso y evitar las lesiones. Como estás entrenando, procura ser siempre consciente de tu nivel de energía y de tu condición física. Consultar con otro maratoniano experimentado o un entrenador te ayudará si no estás seguro de tu velocidad de recuperación y tu nivel de esfuerzo.

“¿Quién es mi entrenador?
Aquel que me inspira
Antes de correr.¿Quién es mi entrenador?
Aquel que aspira en y a través de mí
Durante mi carrera.

¿Quién es mi entrenador?
Aquel que me corrige y perfecciona
Para una mejor carrera futura.”
— Sri Chinmoy

Cuando sigues este o cualquier otro programa de entrenamiento, si sientes que aumentando tu kilometraje estás perjudicándote o estás exhausto, entrena entonces una semana suave o tómate algunos días de descanso. Deberías estar siempre consciente de tus niveles de energía y de la habilidad de tu cuerpo para adaptarse al esfuerzo intenso y recuperarse adecuadamente. La siguiente pregunta puede entonces surgir:

¿Deberíamos correr incluso cuando estamos extremadamente cansados?
Sri Chinmoy: “Como regla general, cuando estamos sumamente cansados no es aconsejable correr, porque no nos ayudará de ninguna manera. En ese momento, correr no será más que fatiga y auto-destrucción, y dejará un amargo sabor en nuestra mente. Pero a veces ocurre que, aunque no estamos extremadamente cansados, sentimos que lo estamos. En ese momento no estamos físicamente cansados en realidad. Sólo estamos cansados a nivel mental o emocional, pero la mente nos convence de que estamos físicamente cansados. ¡Nuestra letargia humana es muy astuta! Actúa como un bribón, un perfecto bribón, y nosotros obtenemos tremenda alegría compadeciendo a nuestro cuerpo. Hacemos todo tipo de justificaciones para la letargia del cuerpo y nos hacemos creer que el cuerpo se merece un descanso.

De modo que tenemos que ser sinceros con nosotros mismos. Si realmente nos sentimos extremadamente cansados, entonces no deberíamos correr. Pero debemos asegurarnos de que no es nuestro vital letárgico o nuestra letárgica conciencia física lo que nos está haciendo sentir que estamos sumamente cansados. Tenemos que conquistar este tipo de astucia engañosa.

Con el poder de nuestra imaginación podemos desafiar a la mente engañosa y vencerla. Nos debilitamos al pensar que estamos débiles. Y también podemos fortalecernos imaginando que estamos fuertes. A menudo nuestra imaginación nos empuja a pensar que no podemos hacer algo o que no podemos decir algo. A menudo utilizamos la imaginación en la dirección errónea. Así pues, en lugar de dejar que nuestra imaginación nos lleve hacia atrás, deberíamos utilizarla para que nos lleve adelante hacia nuestro objetivo.”

En tu cuaderno/calendario semanal, además de haber descrito al comienzo de cada página  cuales son los planes semanales o a corto plazo, es importante anotar lo que realmente hiciste cada día en tu entrenamiento. Puedes incluir el tiempo que empleaste entrenando o cuánto corriste o caminaste, el tipo de entrenamiento que hiciste, cómo te sentiste, y cualquier otra cosa que creas que te ayudará a recordar tu experiencia o a inspirarte en el futuro. Es un método efectivo de auto-motivación así como una herramienta para analizar tu entrenamiento y cualquier problema que puedas encontrar en el futuro.

Otro aspecto importante de registrar el ejercicio de cada día es que puede ayudarte a determinar la velocidad a la que serás capaz de correr el maratón. Si sabes la velocidad a la que estás entrenando y corriendo distancias cortas, podrás determinar objetivos realistas para tu tiempo en el maratón. Esto es importante para que puedas planear los objetivos a largo plazo con confianza y entusiasmo. Por ejemplo, si has corrido medio maratón en 1 hora y 30 minutos, deberías tener confianza de que con un entrenamiento de distancia regular tendrás capacidad para correr el maratón en menos de 3 horas. Si no puedes correr el medio maratón a un paso inferior al de un maratón de 3 horas, no puedes esperar entonces correr el maratón en menos de 3 horas.