Semana 1: Tomando la Salida

Objetivos

  • Vamos a comenzar con el ABC de la meditación —el qué, dónde, cómo y cuando.

  • Leerás sobre lo que es y lo que no es la meditación.

  • Establecerás una práctica regular y diaria. Estas palabras son clave: regular y diaria.

  • Aprenderás prácticas básicas de la concentración y la respiración meditativa.

Lecturas para esta semana

Ejercicios

En esta primera semana, mantén la práctica sencilla y enfocada en uno o dos de los ejercicios de respiración. Con la práctica, las cualidades que al comienzo solo imaginas, se irán volviendo realidad —comenzarás a sentir más paz, más conciencia y más tranquilidad, tanto en la meditación como a lo largo del día. Practica estos sencillos ejercicios hasta familiarizarte con ellos.

(tiempo total de práctica aproximado: 10 - 15 minutos)

  • Asegúrate de que no te molestarán y siéntate cómodo en tu lugar de meditación, con la espalda recta.

  • Enciende la vela, el incienso y pon la música de meditación a volumen suave. Procura estar muy tranquilo y pacífico y sentir que durante estos pocos minutos has entrado en un espacio sagrado, un refugio del corazón, donde las preocupaciones de la vida no pueden entrar.

  • Intenta sentir que dentro de ti hay alguien muy sabio, muy calmo y lleno de paz —este ser, este lugar dentro de ti es lo que estás intentando alcanzar—.

  • Practica los siguientes ejercicios:

    • Procura inspirar lo más lenta y silenciosamente posible, de modo que si alguien pusiera delante de tu nariz una hebra de hilo, esta no se movería en absoluto. Y cuando espiras, procura hacerlo más lentamente aún que cuando inspiraste. A ser posible, haz una pequeña pausa entre el final de la exhalación y el comienzo de la inhalación. Si puedes, aguanta el aliento unos segundos. Pero si te resulta difícil no lo hagas. Nunca hagas nada que te cause incomodidad física durante la meditación.

    • Inhalando paz y alegría pura. En lo primero que debes pensar al practicar técnicas de meditación es en la pureza. Cuando inspiras, si puedes sentir que el aliento está viniendo directamente de Dios, de la Pureza misma, entonces tu aliento puede ser purificado fácilmente. Luego, cada vez que inspires, procura sentir que estás trayendo paz infinita a tu interior. Lo opuesto de la paz es la inquietud. Cuando espiras, trata de sentir que estás expulsando la inquietud que haya dentro de ti y también la que ves a tu alrededor. Cuando respires de esta manera, verás que la inquietud te está abandonando. Después de practicarlo varias veces, trata de sentir que estás inspirando poder del universo, y cuando exhalas procura sentir que todo tu miedo se está yendo de tu cuerpo. Después de hacer esto unas cuantas veces, intenta sentir que estás inhalando dicha infinita y exhalando la tristeza, el sufrimiento y la melancolía.

    • Energía cósmica. Siente que no estás respirando aire sino energía cósmica. Siente que tremenda energía cósmica está entrando en ti con cada respiración y que vas a utilizarla para purificar tu cuerpo, tu vital, tu mente y tu corazón. Siente que no hay un solo lugar en tu cuerpo que no esté siendo ocupado por el caudal de la energía cósmica. Está fluyendo como un río dentro de ti, limpiando y purificando todo tu ser. Luego, cuando exhalas, siente que estás expulsando todos los desperdicios que haya dentro de ti –todos tus pensamientos no divinos, ideas oscuras y acciones impuras. Cualquier cosa dentro de tu ser que consideres no divina, aquellas cosas que no quieras reclamar como propias, siente que las estás exhalando.

  • No olvides hacer las anotaciones en tu diario.

“Exhala el polvo del pasado.
Inhala la fragancia del futuro.”
                - Sri Chinmoy

7 claves para una buena meditación

Puedes hacer varias cosas que van a apoyar significativamente tu habilidad para meditar. Tal vez parezcan sutiles al principio, pero recuerda que la meditación misma es cultivar las partes superiores y más sutiles de nuestro ser. La experiencia lo enseña: estas seis claves juntas pueden cambiar mucho la cosas. ¡Pruébalas y averígualo tú mismo!

⇒ Clave 1: Encuentra un lugar especial

Es decisivo preparar un lugar especial que sólo emplearás para meditar. Si dispones de una habitación ¡estupendo!, pero será suficiente con que reserves una esquina en tu dormitorio, por ejemplo. Este será el espacio sagrado para tu descubrimiento interno, por eso conviene prepararlo de manera que te inspire lo máximo posible.

  • Cubre una mesita baja o un estante con una tela limpia, blanca o de algún color claro que te guste.
  • Pon una vela y una flor fresca si es posible.
  • Quizás también te guste quemar algo de  incienso.

Todas estas cosas sirven para crear una atmósfera meditativa.

⇒ Clave 2: Prepárate Físicamente

Tu viaje espiritual tiene lugar en y a través de tu cuerpo físico. He aquí cómo puedes prepararlo para la meditación:

  • Dúchate antes de la práctica. Si no puedes hacerlo, lávate al menos la cara y las manos.
  • Ponte ropa limpia, ligera y cómoda; preferiblemente de un color claro.
  • Quítate los zapatos para meditar. ¡Los pies también necesitan un descanso!
⇒ Clave 3: Siéntate relajado, siéntate derecho

No es necesario sentarse en una postura yóguica específica para meditar. Si puedes sentarte cómodo en un cojín en el suelo, eso es lo mejor. Si no, utiliza una silla o una banqueta de meditación. Lo importante es permanecer quieto y relajado, mantener la espalda recta, y tener la flor o la vela a la altura de los ojos.
Algunas personas preguntan si es correcto meditar tumbado. No se recomienda, ¡a menos qué te interese más dormir que meditar!

⇒ Clave 4: Sin prisa pero sin pausa se alcanza el objetivo

Al principio es suficiente con cinco o diez minutos de meditación al día. Tal vez te sientas tentado a hacer más, pero es mejor ir despacio y sin pausa. La meditación es como un músculo interno que estás fortaleciendo a paso lento pero seguro. Si lo haces trabajar en exceso, el músculo se resiente; si meditas más de diez minutos y sientes tensión o dolor en la cabeza, sabrás que has ido más allá de tu capacidad.
A medida que tu práctica vaya madurando, podrás dedicar más tiempo, y tu meditación se volverá más intensa.

⇒ Clave 5: Elige el Momento Adecuado

Concierta una cita contigo mismo para practicar cada día a la misma hora.  Al igual que alimentas tu cuerpo físico varias veces al día a determinadas horas, considera la meditación como el alimento de tu vida interna y dedica cada día un tiempo especial para tus ejercicios. El mejor momento es por la mañana temprano, antes de entrar en las actividades diarias. Así la paz que obtienes de la meditación matinal impregnará el resto de tu día.
Si sientes que no puedes prescindir de diez minutos al comienzo de la mañana para practicar, levántate entonces diez minutos antes y medita. El incremento de energía y bienestar que derivas de la meditación, compensará con creces esos minutos de sueño “perdidos”.

Si abandonando pequeños placeres va a encontrarse la gran felicidad,
el sabio debería abandonar los pequeños placeres
ante la perspectiva de la gran felicidad.
- Buda

A muchas personas les gusta meditar otros diez minutos al volver del trabajo, para ayudar a limpiarse del estrés del día. Tal vez también quieras meditar justo antes de acostarte. Esto te va a ayudar a dormir más profundamente.
Puedes adaptar estas recomendaciones a tu estilo de vida, o adaptar tu estilo de vida a estas recomendaciones; en cualquier caso, lo más importante es que practiques con regularidad cada día y a la misma hora. Si estableces la regularidad en tu meditación,  tu propio ser interno te dará suavemente con el codo cuando se acerque la hora elegida y te dirá “¡No te olvides de alimentarme hoy!”

⇒ Clave 6: Practica antes de comer

Se recomienda que la hora de meditación no sea justo después de una comida principal. Tu ser interno estará intentando volar alto, como un pájaro, pero tu cuerpo será un lastre excesivo. Después de una comida grande, espera una  o dos horas antes de meditar.
Preferiblemente deberías practicar antes de comer. Por otra parte, la meditación no será muy efectiva si el hambre te está pinchando.  Si se acerca tu hora de meditar y tienes hambre, bebe algo de zumo o de leche, o come una fruta; lo justo para aplacar por un rato la sensación de hambre.

⇒ Clave 7: El Poder de la Música

El curso Aprende en Casa incluye una cinta de Sri Chinmoy interpretando Música para Meditación. Esta apacible música del corazón crea una atmósfera meditativa y eleva tremendamente la calidad de la meditación. Pon la música a volumen suave mientras practicas los ejercicios; el mero hecho de escucharla y absorber la conciencia pacífica y armonizadora de esta música, te ayudará a sentir la profunda quietud interior de la meditación.

Medita a diario
con toda el alma, ofreciéndote.
Ninguno de tus sueños
quedará sin cumplir.

- Sri Chinmoy

Sumario - ¡Enhorabuena!

Durante esta importante primera semana habrás…

  • Establecido un lugar especial para meditar.
  • Leído atentamente los capítulos correspondientes de «Meditación».
  • Practicado los ejercicios recomendados durante al menos diez minutos diarios—preferiblemente a la misma hora cada día.
  • Anotado tus experiencias en tu diario.

¡Enhorabuena! ¡Has logrado completar tu primera semana de meditación asidua y diaria! ¿Has notado algún cambio en la meditación conforme avanzaba la semana? ¿Sientes alguna diferencia durante el día como resultado de la meditación? Dedica unos momentos, si no lo has hecho aún, para anotar estos cambios en el diario.

      Si no has meditado cada día, probablemente será porque no has encontrado el momento o porque te ha sido difícil habituarte. Sea cual sea el motivo, ¡no te desanimes!

«Yo no abandono, nunca abandono,
porque no hay en el mundo entero
nada que sea
irrevocablemente inalterable».
- Sri Chinmoy

Como dijimos anteriormente, aprender a meditar es como aprender a montar en bicicleta. Recuerda por un momento cuando aprendiste a montar en bici. Al principio seguramente te caías mucho, tal vez incluso pensaste en dejarlo. Pero seguiste intentándolo, a pesar de los repetidos fracasos, y finalmente estos pasaron a un segundo plano. De hecho, todos esos fracasos eran  pasos necesarios hacia el éxito final.

¿Por qué seguías intentándolo, aún cuando fracasabas y pensabas que nunca ibas a aprender a manejar esa bici? Porque mantenías presente tu objetivo; sin duda, sabías lo que significaba montar en bici —libertad, aventura, diversión, independencia— y querías esas cosas con tantas ganas, que estabas dispuesto a hacer lo necesario para aprender.

Con la Meditación sucede lo mismo. Obtendrás, sin duda alguna, más paz, más amor y más felicidad en tu vida a través de la meditación. Tenlo por seguro. Aprender a meditar requiere un poco de trabajo, pero, una vez que aprendas, disfrutarás sin duda del viaje.

Pide, y recibirás;
Busca, y encontrarás;
Llama, y se te abrirá.
– Mateo, 7:7

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